jueves, noviembre 24, 2005

Aunque no quieras

Hace un tiempo me llegó un e-mail de una mujer, que un día de diciembre dijo amarme. Me lo dijo luego de que yo la besara. Y la besé justamente para escuchar eso. O mejor dicho, para NO escuchar esas 2 palabras desde su boca - o corazón - como me confesó después. Me lo habían dicho sus amigas. Ella te ama. Tu le gustas. Pero yo no creía. Ella no me decía nada. Bueno - me convencí a mi mismo - la única manera de saberlo es preguntándolo. Y lo hice. Pero después de besarla. Error. Gran error, dada la respuesta que recibí. Sí me amaba, y yo la había besado, es decir, le había incubado el malditamente bendito hábito de la esperanza vana. Yo no la amaba; tampoco la amo ahora, así que no mentí cuando le dije que no la iba a amar. Pero cargué en mí la sensación de haberle hecho daño. Porque le hice daño, o sea, cuando tu amas a alguien y ese alguien no te ama, de alguna manera te infringe dolor. Yo no la amaba, pero tampoco quería dañarla, por lo tanto le dije inmediatamente después de su "te amo" que yo no la amaba. "Ni siquiera un poquito", le dije respondiendo a su pregunta. Ahora, qué haces tú, cuando nunca te han dicho te amo y de pronto, así como nieve en enero, te caen copos de amor en forma de corazones con pequeñas gotitas rojas?. Dime, ¿ qué mierda haces? Yo creo haber hecho bien: dije la verdad; fui honesto conmigo y con ella; minicé los daños...(que ingenieril esa mierda!!). Acabo de responder dicho e-mail. En él, ella me recordaba que se va a cumplir un año del "acontecimiento". Qué respondí? No lo recuerdo...Pero aunque no quieras, aunque no lo desees, aunque ni lo sueñes las cosas pasan. Y puta que pesan algunas...