sábado, noviembre 05, 2005

La Neta

Como nunca, salí temprano un sábado. Linda mañana. Noviembre parece ser siempre el mes de transiciòn entre los calores que azotan diciembre y el viento fresco que calma a octubre. Fui al cento de la ciudad en busca de lentes y gafas, pues mi vista se ha acortado un poco más en mi ojo izquierdo y es hora de tomar medidas físicas. Quedé contento con las lentes y gafas. Son cómodos, que es lo importante. Invité mi a mi viejo la Fuente Alemana, lugar que calmó mis ánimos y literalemente le devolvió el alma a mi cuerpo, pues al salir temprano lo hice sin desayunar y llegué a dicho oasis casi desmayado...
Luego, el bus para la casa. Buena experiencia. Me gusta el TranSantiago, no lo voy a negar. Ojala todos se acostumbren y lo acepten, creo que nos hará bien (los autos no me gustan ¿y qué?, no soy el único). Hasta aquí todo normal y exquisito (lo paso bien con mi viejo cuando no fuma). De pronto, a lo lejos diviso en un paradero una silueta conocida. Me estremecí. Venía pensando en ella respecto de cúantos años tenía y que día era su cumpleaños. Dichos datos no suelen olvidárseme, pero con ciertas personas me pasa que me hes imposible recordálos, incluso cuando aquéllas personas son en las que más pienso y siento. Raro. Más rara fue mi reacción. Quise sacar mi cabeza por la ventana y gritar, pero noté que ella andaba con Walkman. De pronto, se abrieron las puertas (yo no toqué el timbre) y felinamente le paso las galletas a mi viejo (galletas que había comprado para mi vieja) y me bajo del bus que tenía la puerta justo frente a ella. Ella, sólo atinó a abrir sus brazos y recibirme, reconociéndome por mi voz.
Ahi estuvimos parados una hora al sol. Hablamos mucho y de todo. Reímos. Fue lo que más hicimos. En todo ese rato, ni siquiera recordé que hasta unos meses me estremecía incluso escuchar su nombre y descomponía el hehco de ser Sincero con ella. Ahora que ambos sabemos, todo fluye fácil, tranquilo y hermoso. Ahora sí que nos queremos, sin caretas, sin amarras... Así, no me arrenpentiré nunca de haber dicho "Te Amo" en medio de la tumultuosa velocidad de la ciudad que pretendía infundirme miedo y dejarme perdido en dudas y patrañas imaginadas. Estas palabras fueron las que hoy me permiten caminar y respirar tranquilo, sientiendo que mi cuerpo vuela y, sintiendo tambien, que nos hicimos más libres el uno al otro...

1 Comments:

At 4:41 p. m., Blogger Sabesquiensoy said...

Ufff que narracion, que azaroso, una hora para que mas extraordinaria en un encuentro casual al sol, que alivio por ti el que hayas dicho Te Amo sin importar cuales serian las consecuencias, esa liberacion es impagable, es impagable no tener una duda, que como dices, los hace mas libres el uno del otro, pero que sin ninguna duda hoy los lleva a un magnifica confianza, gracias a la sinceridad, y que los puede tener al sol hablando mucho y de todo y por sobre eso RIENDOOOO.

 

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