domingo, septiembre 25, 2005

Crónica I

Un día cualquiera de regreso a su casa. Vista fija en la ventana. Quedaban ya poco días para aquél día esperado y decisivo, el día del examen final. El fin del camino, la ultima esquina del barrio del estudio. Su mente va completa; va concentrado. A pocos minutos de llegar a casa, se detiene el tiempo en una esquina, se para el reloj de su mente y de sus recuerdos. Lo que fue concentración se transforma en un delirio inesperado: vuelve un ángel del pasado.
Junto al conductor aprecia a una mujer pelirroja; robusta, mas no gorda: brazos fuertes, piernas que terminan en bototos, falda negra y una polera de Led Zeppelin con las letras hinchadas por un par de tetas gordas y firmes. Ojos miel delineados en negro espeso. Crespa hasta la cintura. Es ella, hecha una mujer.
La primera y ultima vez que él vio aquella cabellera hipnotizante ella tenía trece años, al igual que la niña a la cual su madre cuidaba y de la cual ella era compañera y que por razones de estudio se juntaban en su casa, hasta donde las traía un furgón escolar. Fue sólo un año.
Desde aquel tiempo, hasta ahora en el micro han pasado unos cinco años, calcula.
Lo asalta la duda, ¿será realmente ella?, Ella pasa a junto a su lado y posa su humanidad en uno de los asientos traseros. Él la mira sin disimulo, falta poco por llegar a casa y debe matar esa duda. Se le acerca y le clava la pregunta a los ojos ¿eres tu Noelia? Sí, dijo ella, sin denotar haberlo reconocido. Soy yo Noelia, Facundo, ¿me recuerdas?, Le vociferó nervioso; quedaba aún menos para llegar a casa. ¡Sí! Facundo, como estás, tu mamá cuidaba a Mariela, mi compañera, claro que me recuerdo de ti. Nos cuidabas cuando tu mamá no estaba, y nos ayudabas con las tareas... que buenos tiempos aquellos. Nunca más vi a la Mariela. ¿Tú qué haz hecho? Le preguntó, mientras él notaba que ya se había pasado varias cuadras de su casa. Dame tu numero de teléfono, te llamo, me tengo que bajar y no quiero perder la oportunidad, ahora que te encontré, de volverte a ver. En tu polera veo que mi presencia en tu vida no pasó inadvertida. Gracias. Te llamo.
Caminando a casa las cuadras sobrantes no pudo apartar de su cuerpo la sensación de satisfacción de sentir que por unos instantes todo se detiene y sólo son importantes, los ojos de una niña, los labios de una niña que en el camino se hizo mujer del rock, tal vez porque lo escuchó en su casa.
Culminado el examen con éxito, su única preocupación era que Noelia pudiera ir a visitarlo mientras celebraba la hazaña. Ella no podía ir, tenía que hacer.
Año nuevo. ¿Que harás? No puedo salir, pásalo bien, gracias por llamar.
Noelia, es el cuarto mensaje que dejo en tu teléfono, por favor responde, quiero volver a verte.
Aló, sí Noelia, te he llamado bastante, ¿qué? Sí, si sé donde esta esa disquería. Ok, te veo allí. Y allí, frente a una inmensidad de discos sin interés para él la vio de nuevo. Esta vez, ella le propinó un fuerte abrazo, cuestión que a él no desagrado en absoluto, al contrario, casi sufre una erección al recibir tamaño cuerpazo encima. Estaba más ojerosa. Noelia, se atrevió a decir, mientras caminaban por el centro de la ciudad: ¿Por qué cuesta tanto encontrarte? ¿Trabajas? ¿Y por qué esa cara de tan mala vida? ¿Pasa algo malo? Recuerdas aquella vez en el micro, dijo ella con cierto rubor en sus pecosas mejillas. Sí asintió él. Bueno, a la semana siguiente andaba con mi madre en la playa vendiendo artesanía, y unos locatarios vecinos le fueron con el rumor de que yo estaba metida en la heroína, y que por eso a ella se le desaparecía dinero de los locales y que por eso yo no usaba poleras de manga corta, y que por eso yo ya no obedecía a nadie y que por eso, por eso... Él, con una mano calló la boca húmeda y temblorosa de Noelia; con la otra secó una lagrima que amenazaba llevarse todo el delineador negro desde los ojos de Noelia. Pero es que Noelia, efectivamente no te he visto con poleras de manga corta... ella levantó las mangas de su polera y Facundo pudo observar una constelación de “jeringazos” que se entremezclaban con las abundantes pecas de Noelia. Como un acto reflejo, él besó sus brazos, mientras comenzaba también a llorar.
Puedo cuidarte, susurró, mientras acariciaba la espalda pecosa de Noelia. No, no puedes, le respondió secamente ella. Pero Noelia, te conozco desde niña; ¿Por qué no puedo yo ayudarte con esta maldita adicción? Porque la maldita soy yo, ¿no entiendes? Además sólo eres un aparecido y, por lo que dices ahora, un maldito psicópata también...
Aló, no Noelia, no estaba durmiendo. No, tampoco estoy enojado. Sí, si quiero verte. No, no estoy molesto ni creo que seas una puta enferma. Noelia, basta. Te voy a buscar. Dile a los pacos que soy tu novio o algo así. En 20 minutos estoy por allá.
¿Te sientes mejor? Le preguntó con cierto aire paternal, que Noelia rechazó con una mirada de asco, advirtiéndole además: no necesito un padre, nunca he tenido uno. Con suerte eres una especie de amigo.
La dejó en la puerta de su casa y se marchó, con la única vista fija en su pelo rojo al viento.
Facundo, por favor, necesito 30 lucas para pagar cualquier cosa, necesito irme de mi casa, si no mi mamá me va a internar, Facundo yo no quiero estar interna, debo irme, irme, irme... No tengo plata Noelia, me pides dinero en un súper mal momento, pero te puedo traer a mi casa, no creo que mi madre se moleste.
No. ¿Cómo se te ocurre? Los drogadictos son muy hábiles, siempre se las arreglan para conseguir las cosas, son muy mañosos y tu le crees todo a esta niñita. Te vas a meter en un lío. Ni lo pienses.
Aló, Noelia, me fue fatal, no tengo ni plata ni como alojarte, le dijo con un tono sombrío, que denotaba a kilómetros que lo sentía de veras. No te molestes, un amigo ya me prestó plata y quedó de conseguirme un trabajo de vendedora en alguna parte. Ahora se me acaba la batería en el celular. Hablamos luego, cuídate. Chao. Ah, y gracias.
Silencio. La llama a su móvil, y está apagado. La busca, pero ella no está. Va al local de su madre, pero ella no ha vuelto. Llama a su casa, y al pronunciar su nombre, la madre cuelga el teléfono. Cada vez que ve un cabello rojo al viento la recuerda, y piensa que será de ella, si estará bien, si habrá vuelto a drogarse o a consumir alcohol; cómo y donde estará viviendo, o sobreviviendo.
No es amor, no es obsesión, no es nada. Noelia no es nada en su vida, y no puede arrancarla de sus pensamientos cada vez más confusos y venenosos. No hay explicaciones, no hay recuerdos, no hay calles juntos, ni noches en vela juntos, no hay nada. Nada los une, y él se siente responsable de la mierda de Noelia, de la mierda de vida de Noelia. Y de su propia mierda también.

Desahogo

Caminando por un mundo nuevo,
Un mundo llamado TU,
Me siento confundido,
y todo lo aprendido
Se ha vuelto nulo.
En esta nueva experiencia,
No sé caminar, no sé hablar.
No recuerdo quien soy,
Ni a que vine.
Aprendo desde hoy,
El lenguaje de tus ojos,
Los caminos de tus brazos,
Y los colores que tu cara oculta.
Soy feliz peregrino de tus historias,
Y tripulante privilegiado de tu sangre.
Cómodo vuelo entre tus manos,
Y anhelo tus labios desconocidos aún.
Paciencia tengo para esperar,
Por los momentos que nos devengan,
Buenos o malos,
Son nuestros, y los amo.
Como te amo a ti,
Querida cicatriz de mi corazón que eres.

sábado, septiembre 24, 2005

Podríamos llevarnos Bien

Un día cualquiera recibo un sí de tu parte y todo cambia. Al menos eso creo yo. Lo pienso un poco más y un poco antes ya todo había empezado a cambair para mí. No es el punto. Un sí tuyo y empieza la primavera de mis días, que ya estaban empezando a ser particularmente felices. Ahora lo son más.Te amo dije entre risas. Entre risas nada me dijste, al menos con palabras. Tus ojos si que hablaron, o más bien gritaron. Y lo escuché claro: no hay problema.Y yo, que ni siquiera sabía si podría decirlo, y mucho menos imaginarme una respuesta, de repente me veo sentado a tu lado, y nada importa, soy un idiota, no importa; la gente me ve abrir mi corazón para enseñártelo, se ríen , me señalan; Y yo, como si nada, sigo, y nosotros también reímos, y somos felices, somos extraños, en un lugar extraño, lleno de gente que nos nos comprende, pero nosotros no queremos que nos comprendan, nosotros queremos ser nosotros: dos raros, con gustos raros, palabras raras, expresiones raras y comunicaciones raras. Pero somos nosotros de verdad, y yo nunca me lo habría imaginado. Toda esa alegría junta a sólo dos palabras de distancia, y a las cuales yo les temía tanto. Te amo dije, y no pasó nada malo. Por el contrario, soñé contigo y te besé en mis sueños. Lo cual es bueno. La vida es mejor que los sueños. Lo sé desde que te encontré, en una escena de nuestras vidas...

lunes, septiembre 19, 2005

Caminando luego del cine


De pronto vino a mi una sensación. Luego de caminar en la búsqueda sin éxito de la mujer cabellos de fuego. Sintiendo la brisa brava de septiembre en la cara y su sol tímido en la espalda. Luego de subir al micro. De pronto me doy cuenta de que lo que busco afuera es lo que no tengo adentro. Por eso tanta desesperación y cuestionamiento. Por eso noches de insomnio y conjeturas con AM. ¿Cómo encontrar algo que no sabía que era, porque no lo tenía? Llevándolo al plano normal de las palabras, ¿cómo pedirle a alguien respeto si no yo no me respetaba?
Caí en cuenta de que lo fundamental es aceptar plenamente mi condición, amar lo que hago y lo que no, lo que digo y lo que callo, a conciencia plena. Me cuesta, no lo niego, pero paso a paso sigo asimilando esto: soy el que soy, no soy otro; no sé ser otro; no puedo ser otro.
Al bajarme del micro, sonreí al caminar con plena libertad por las calles de mi barrio, al ver los perros tirados al sol y al pensar que cuando encuentre a la cabellos de fuego seré yo, y tal vez, sólo tal vez, ella lo note. Finalmente da lo mismo, yo ya he empezado a notarlo sobre el camino.

miércoles, septiembre 14, 2005

Ficción 2


Sentado frente a su padre y con la cena enfrente de ambos, no sabe si emitir comentario alguno sobre la casa, o sobre lo que pasa dentro de ésta.
Las cosas han cambiado, no hay duda de ello. Sin embargo, dicho cambio no ha sido siquiera mencionado por alguno de ellos. Alguno de los dos debiera decir algo, piensa para sí. De todas formas, la cena se mantiene silente, sólo interrumpida por el marullo de algún comentarista de fútbol relatando algún partido cualquiera en alguna parte de un país cualquiera.
Vuelve a mirar a su padre y vuelve a preguntarse en qué parte del camino éste se perdió y se transformó en un ser que quiere formar parte de su círculo de amigos, cuando debiera preocuparse de su esposa y casa. ¿En qué capítulo de la vida este ser progenitor y guía empezó a desviar su camino para transformarse en un igual? No lo sabe, no quiere saberlo, no quiere preguntárselo.
La casa se viene abajo. Mamá ya hace tiempo que no se levanta, y hace mucho más que no habla y una eternidad desde la última vez que rió naturalmente. Está enojada. Dolida. Él no se ha negado a saber la razón de tal sufrimiento, pues piensa que la raíz no cambia en nada el producto. Ella sufre y es todo lo que le interesa. Mientras termina su cena, se da cuenta que está preso en la disyuntiva de si acaso algo él puede hacer por revertir las cosas. Según él es poco: ellos nunca dejarán de ser sus padres, su familia. Y es la única que tiene.
Terminan la cena. Su padre lavará los platos, él recogerá los utensilios de la mesa. Un cigarrillo a medio fumar y a dormir. A tratar de dormir. O sólo imaginar que al despertar, nada ha pasado desde aquella vez en que entre gritos, su madre le vomitó a ambos que ya no tenía sentido vivir, que no quería vivir y que por favor la dejaran tranquila. Y lo hicieron. Y estos son los resultados: ellos trabajan, ella duerme; ellos comen, ella duerme; ellos salen, ella duerme; ellos duermen; ella llora.
Él llora mucho y estima que su padre, a escondidas, también lo hace. Nadie dice una palabra y nada pasa. Nada pasa, pero mucho pesa...

lunes, septiembre 12, 2005

Ficción

Seguramente más de alguna vez se preguntó por qué tanta preocupación y dedicación por aquel cuerpecito maltrecho. Por qué derepente todo giraba en torno a ese ser pequeño y quejumbroso, que a pesar de existir desde hace mucho nunca había provocado tal sensación en él. Sin quererlo se vió pensando en cómo todo había pasado de una cordial a relación a una especie de dependencia. Pensando... tal vez ese fue el problema. Si hubiera actuado más en vez que pensar, si hubiera hablado más, acariciado más...
Se arrepintió de no haber dicho a tiempo "Me gustas". También se arrepintió de no percatarse antes de que en verdad sentía una gran atracción.
Hoy la tiene enfrente, dormida profundamente, tan profundamente como lo permite un coma. Coma, que pone paradojálmente punto final a su historia. Y estas líneas por hoy.

miércoles, septiembre 07, 2005

Miercoles

Me duele la garganta, asi que sólo unas frases perdidas en mi cuaderno de notas....

"Ha de ser muy miserable, quien calme al corazón alegrando el estómago"

"Quien siente miedo, ve en todo un problema"

SALUDOS A TODOS!

lunes, septiembre 05, 2005

Lunes

Sin darme cuenta me vi pensando en la razón por la cual me sentía solo. Extraña y súbitamen comprendí que me sentía solo por qué realmente estaba solo, alone. Una vez comprendido esto, me cuestioné que acciones me llevaban a esta sensación. Hallé varias, entre las que por alguna razón compile estas:
- Nadie me dijo : 1.-"No sé que haría si no estuvieses aquí"

2.-"Que bueno que viniste, te necesito"
3.-"Te estuve llamando"
4.-"Te extrañe"
5.-"No me sueltes"
6.-"Hoy no te levantes. Hoy sólo abrázame fuerte"
Luego de eso creo que pensé que me estaba transformado en puta jubilada, de esas que se entragan ya no por dinero, sino que por una mísera sonrisa de compasión o por un desteñido agarrón de culo.
Me muevo hacia donde creo que veo cariño, pero éste no me está viendo precisamente a los ojos.
Por último he ido comprendiendo que tal vez entre tanta barrera puesta, me fui encerrando y escondiendo de mi mismo...

domingo, septiembre 04, 2005

Agua Turbia

Ser Piscis no es una casualidad para mí. Mi ánimo y carácter se han formado igual de ondulantes que las olas del mar. Y mi alma, se escurre como un pez bajo el agua, ocultándose temeroso de grafios, redes, anzuelos y factorías. Sin embargo, como la espuma, existen en mí sentimientos evidentes, claramente evidentes, que con honestidad debo confesar no sé cómo existen personas que no los perciben. Incluso tú, que has compartido conmigo buena parte de mi vida, no has sido capaz de aceptar lo que te he mostrado. He mostrado poco, es cierto, pero he mostrado de lo bueno y lo malo; no podrías quejarte. Entonces aparecen las dudas... ¿ cómo he de pretender que alguien ajeno reconozca mi sentir? ¿ como pedirle a un par de ojos de crital ver bajo el agua turbia? ¿cómo?
Siendo Piscis, volveré a la parte profunda del mar, reposaré un tiempo, tal vez duerma... Mañana, en la superficie, desnudaré mi ojos a tu vista, y serán el agua la sal quienes calmen los heridos, y bañen a los enamorados...

viernes, septiembre 02, 2005

Aún tenemos "Panic on the Streets of London"

Hoy vi un mensaje tuyo en msn. Volvieron a mi todos esos recuerdos de nuestras tardes juntos, de aquellas conversas kilométricas, aquellos abrazos amarantos y aquellos besos... sí auqellos besos de lengua de gata que siempre fueron mi delirio. Hoy te recordé y me dolieron hasta los glóbulos. Hoy, sentí como nunca no haber podido ser mas leal, más jugado, más de todo, para haber podido tenerte a mi lado más tiempo. Dicen que con el tiempo la gente se pone nostálgica. Yo no soy un viejo ni mucho menos, pero hoy, hoy...puta madre que quería estrecharte entre mi brazos y besarte hasta que se desgarraran los labios.
Ya no se puede.
Pero cada vez que los sones de "Panic" llegan a mis sentidos, siento tu cuerpo sobre el mío, y durante 3 minutos, nada más importa a mi alma.
Te amé mucho, pero no alcanzó a ser suficiente...