miércoles, septiembre 14, 2005

Ficción 2


Sentado frente a su padre y con la cena enfrente de ambos, no sabe si emitir comentario alguno sobre la casa, o sobre lo que pasa dentro de ésta.
Las cosas han cambiado, no hay duda de ello. Sin embargo, dicho cambio no ha sido siquiera mencionado por alguno de ellos. Alguno de los dos debiera decir algo, piensa para sí. De todas formas, la cena se mantiene silente, sólo interrumpida por el marullo de algún comentarista de fútbol relatando algún partido cualquiera en alguna parte de un país cualquiera.
Vuelve a mirar a su padre y vuelve a preguntarse en qué parte del camino éste se perdió y se transformó en un ser que quiere formar parte de su círculo de amigos, cuando debiera preocuparse de su esposa y casa. ¿En qué capítulo de la vida este ser progenitor y guía empezó a desviar su camino para transformarse en un igual? No lo sabe, no quiere saberlo, no quiere preguntárselo.
La casa se viene abajo. Mamá ya hace tiempo que no se levanta, y hace mucho más que no habla y una eternidad desde la última vez que rió naturalmente. Está enojada. Dolida. Él no se ha negado a saber la razón de tal sufrimiento, pues piensa que la raíz no cambia en nada el producto. Ella sufre y es todo lo que le interesa. Mientras termina su cena, se da cuenta que está preso en la disyuntiva de si acaso algo él puede hacer por revertir las cosas. Según él es poco: ellos nunca dejarán de ser sus padres, su familia. Y es la única que tiene.
Terminan la cena. Su padre lavará los platos, él recogerá los utensilios de la mesa. Un cigarrillo a medio fumar y a dormir. A tratar de dormir. O sólo imaginar que al despertar, nada ha pasado desde aquella vez en que entre gritos, su madre le vomitó a ambos que ya no tenía sentido vivir, que no quería vivir y que por favor la dejaran tranquila. Y lo hicieron. Y estos son los resultados: ellos trabajan, ella duerme; ellos comen, ella duerme; ellos salen, ella duerme; ellos duermen; ella llora.
Él llora mucho y estima que su padre, a escondidas, también lo hace. Nadie dice una palabra y nada pasa. Nada pasa, pero mucho pesa...

2 Comments:

At 10:44 p. m., Blogger EP said...

diox, esto esta como para monologo teatral...

como dicen , es ficcion , pero no lo es...es real, pero no verdad...

 
At 1:55 p. m., Blogger kiking_ said...

Puta que wneos post!!!!!!!!!! Luego de toda la fundamentaciòn de vuestras apreciaciones no me queda más que sentir una profundad alegría, de que este espacio virtual nos de lugar a nuestras expresiones. Me alegra yepon que te haya gustado la redacción y la historia, esa es una parte de lo que se podría llamar mi meta. Gracias Adrián por esa atenta presencia.

 

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