lunes, septiembre 19, 2005

Caminando luego del cine


De pronto vino a mi una sensación. Luego de caminar en la búsqueda sin éxito de la mujer cabellos de fuego. Sintiendo la brisa brava de septiembre en la cara y su sol tímido en la espalda. Luego de subir al micro. De pronto me doy cuenta de que lo que busco afuera es lo que no tengo adentro. Por eso tanta desesperación y cuestionamiento. Por eso noches de insomnio y conjeturas con AM. ¿Cómo encontrar algo que no sabía que era, porque no lo tenía? Llevándolo al plano normal de las palabras, ¿cómo pedirle a alguien respeto si no yo no me respetaba?
Caí en cuenta de que lo fundamental es aceptar plenamente mi condición, amar lo que hago y lo que no, lo que digo y lo que callo, a conciencia plena. Me cuesta, no lo niego, pero paso a paso sigo asimilando esto: soy el que soy, no soy otro; no sé ser otro; no puedo ser otro.
Al bajarme del micro, sonreí al caminar con plena libertad por las calles de mi barrio, al ver los perros tirados al sol y al pensar que cuando encuentre a la cabellos de fuego seré yo, y tal vez, sólo tal vez, ella lo note. Finalmente da lo mismo, yo ya he empezado a notarlo sobre el camino.