Día 13: Raro
Raro. Estos últimos días me he enterado de puras huevadas*. Me he dado cuenta de otras tantas. Y sin embargo no he cedido en mi postura de alegría. Raro. Antes, habría caído en pánico, te habría tomado por los hombros y habría llorado contigo; o habría sacado plata y nos hubiéramos ido a bailar toda la noche...Habré cambiado? No creo. Sí creo que ahora tomo en otra dimensión las cosas. En su real dimensión, creo. Igual me sigo preocupando por lo que pasa, pero ya no dejo que me pese, no dejo que me nuble ni que me haga decir cosas que no debo. Escuchar y callar es lo mejor que he aprendido. Es de buena ayuda escuchar a alguien. Sólo escuchar, pues opinar quizás sea una invasión.Ya much@s me han criticado esta actitud, pero creo qu estoy en lo correcto: no puedo decirle a nadie qué hacer, qué decir ni mucho menos qué pensar. Si puedo dar mi paradigma del bien y el mal. Más que eso no me siento capacitado. Y no es lo que hay, es lo que queda...
* Entiéndase por huevadas todas aquellas situaciones negativas que le suceden a la gente y que eran perfectamente evitables, ya sea por darle más de una vuelta, por pensarlo durante un poco más de tiempo, o en el más improbable de los casos, escuchar alguna palabra perdida de este redactor.