martes, febrero 07, 2006

Día 7: Lo Obvio

Era obvio. Siempre lo es. De una manera u otra el amor se acaba, ya sea con la traición, la muerte o el desvío, el amor siempre se acaba. Pensando en esto, Mariano no sabe si es mejor que el amor se le haya acabado a él solo, o es mejor cuando el amor se le acaba a una pareja.
Está mal. Va rápido, va lento, sigue derecho, se devuelve zigzageante... todo es un remolino, todo es un torbellino, todo es todo, todo es nada. Nada...
Incluso, se sonríe al corroborase mentalmente de que al principio pensó todo esto, imaginó todo esto. Casi todas las cosas que pasaron, efectivamente él imagino que serían así. Aunque claro, hubiera preferido equivocarse, y equivocarse harto.
Ahora, todo hueón tiene un consuelo, y el consuelo de Mariano es saber que al menos reconoce inmediatamente a las mujeres que le harán sufrir. Y aunque las sigue derecho al abismo de las lágrimas y la locura, Mariano sabe a lo que va. Lo sabe mejor que nadie. SI es bueno o malo? Se lo sigue cuestionando. Una posibilidad es que sea un enfermo Psycho que gusta de sufrir, una especie de complejo de mártir. Lo piensa, y no. No le gusta sufrir. Prefiere pensar en que tal vez su corazón tenga una especie de dislexia y lo que sus ojos y cerebro reconocen como peligro, éste (el corazón) lo ve como el paraíso.
Ya cansado, sin muchas ganas de pensar ni recordar lo que nunca sucediò, Mariano decide que desde el mismo instante en que despierte al día siguiente todo será distinto; será otro; pensará en otras cosas; verá nuevas peliculas; caminará por distintas calles, pero OH! Sorpresa!! Pensará en la misma divina mujer llamada M...

1 Comments:

At 2:08 p. m., Blogger Sabesquiensoy said...

Upsss, cuantos marionos habremos por ahi merodeando, a veces me pregunto, mas que querer sufrir o pretender ser un martir, no sera que somos obsesivos?, y no dejamos que la razon controle al corazon.

 

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